(una historia real)
En un cuartito arriba de la despensa de una carnicería, el inquilino, un joven pianista, practica la APPASSIONATA de Beethoven para su examen en el conservatorio.
Alguien llama a la puerta. Es el ayudante del carnicero. Dice:
Disculpe, maestro... mi patrón me manda a preguntar si puede practicar mezzoforte... está cayendo polvillo del cielorraso a las salchichas.
Dos amigas:
- ¿Cómo le va con el violín a tu hijo?
- Muy bien; le han pagado una beca para que termine los estudios en Viena.
- ¡Qué suerte! ¿Quién se la ha pagado, el Conservatorio?
- No, los vecinos.
