Ejército prusiano, fin del siglo 19, cuartel general, la antesala del Estado Mayor. Afuera brilla el sol, se escucha la banda militar ensayando en el patio. Entra el Coronel von Zitzewitz. El ayudante se levanta de un salto.
- A sus ordenes, mi Coronel!! - (firme, saluda) - Espléndido día, mi Coronel!!!!
- Bien, bien. Descanse! ... ¿El General tendrá unos minutos para mi?
- En instantes, mi Coronel!!!! (firme)
- Bien. Descanse de una vez!
La banda militar en el patio ejecuta "La Cabalgata de las Walkirias". El Coronel se acerca a la ventana. Mira afuera, naríz fruncida, con la boca entreabierta.
- Escúcheme... ¿qué están tocando ahí, abajo?
- A sus ordenes, mi Coronel!!! - (firme, saluda) - Richard Wagner, mi Coronel!!!
- No me diga... – (coloca el monóculo en su ojo derecho) - ...primera vez que... – (mira al patio con atención) - ...¿Richard Wagner se llama?
- A sus ordenes, mi Coronel!!!
- Aja! Hmhm... – (sigue observando la banda con interés) – en todo caso..., parece un flor de macho, ese camarada. ¡Mire Usted! como hace sudar a estos chanchos...
(carta de lector de un funcionario) (Wagner y cacerolazo)
